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El Síndrome de Ménière

El Síndrome de Ménière debe su nombre al médico francés Prosper Ménière que describió por primera vez sus síntomas en 1.861. 

Es una enfermedad crónica - para la que aún no hay cura - que afecta al oído interno, tanto a la audición como al sentido del equilibrio y cuya causa es de naturaleza desconocida. 

Tres son los principales síntomas que la caracterizan: los vértigos rotatorios, los acúfenos (ruidos en los oídos) y la hipoacusia (pérdida de audición).

 

Las crisis vertiginosas aparecen casi siempre en episodios repentinos que pueden durar entre cinco minutos, varias horas o incluso días. Sin embargo, la sensación de mareo, taponamiento de oídos y embotamiento puede permanecer durante más tiempo. Por lo general, los acúfenos y la hipoacusia no desaparecen, aunque suelen fluctuar.

* Vértigo:
Es una sensación ficticia de movimiento o giro de cuantas cosas hay alrededor. Puede ser pasajera, durar horas o incluso días. En muchos casos va acompañado de otros síntomas como náuseas, sudores y nistagmo (movimiento involuntario de los ojos). 

* Acúfenos:
Consiste en una serie de ruidos que sólo escucha el enfermo, sin una fuente externa que los produzca. Estos pueden tener distinta intensidad e identificarse por parte de la persona de distintas formas (un silbido, un soplo, un rugido, un zumbido, un susurro, un chirrido...).

* Hipoacusia:
Se llama así a la pérdida de audición, en mayor o menor grado y que puede darse de manera unilateral (en un oído) o bilateral (en los dos). Esta pérdida de audición puede ser fluctuante, con pérdidas y recuperaciones, pero también progresiva.

* Impacto Psicológico:

- La enfermedad de Mèniére no sólo afecta físicamente. Los síntomas pueden afectar - dependiendo de su evolución - a todas las facetas de su vida, incluyendo las relaciones de trabajo, familia, actividades sociales, y a su vez puede socavar su bienestar psicológico, su confianza, autoestima y sentido de independencia.


- La mayoría de las personas diagnosticadas con Mèniére tienen un proceso de adaptación psicológica antes de llegar a un acuerdo con su condición y en ocasiones puede ser conveniente la ayuda de un psicólogo.

Algunos consejos prácticos:

  • Busca un buen especialista en vértigos.

  • Procura mantener una actitud positiva. El estado anímico influye en nuestro estado de salud.

  • Actividad física. Realízala siempre según tus posibilidades y momentos (pasear, correr, nadar, bailar, u otros deportes).

  • Descanso y sueño. En nuestro caso éste debe ser mayor al normal.

  • Relajación. Las técnicas de relajación pueden ayudarte durante las crisis y en los días posteriores.
  • Autoprotección. Busca apoyos fijos o siéntate en el suelo para evitar caídas al sentirte mareado.

  • Medicación. Lleva siempre contigo la medicación  correspondiente.

  • Dieta hipo sódica (baja en sal). Evita comida y bebida
  • Así evitarás aumentar la sustituye la sal por otros aderezantes.    procesada y presión en el oído interno.

  • Evita la cafeína y la teína. Pueden empeorar los síntomas, por ejemplo los acúfenos.

  • Evita el alcohol y el tabaco, por el riesgo de migrañas asociadas al vértigo. 

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